Creo que me acostumbré con mi antiguo blog a escribir a imaginarios lectores, es como una terapia casi hacer esto, una terapia bastante mal hecha por cierto, ya que nunca escribo. El invierno santiaguino se acerca rapido, y asi saco mis miles de chalecos, lana para tejer más, y un guatero. Pedir café en la uni solo para calentarse las manos, salir de casa vestida como a los siete años, cuando mamá te ponia tantas cosas encima que parecias un oso polar. El olor a mani confitado en la esquina de Alameda con Portugal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario